¿Oye, quieres escuchar un secreto?

Sabemos que sí, porque en Trompo estamos seguros de que las historias de esos pequeños errorcitos… No, no, no. De esas embarradotas, que te pueden pasar a ti, a mí o a cualquiera mientras estamos en el corre corre del mundo publicitario, son la mejor forma de aprender a superar esos retos a los que nos enfrentamos en nuestros DÍAS DE AGENCIA, el podcast de la agencia Trompo.

Narrador: En el mundo de la publicidad hasta la más mínima equivocación puede significar el más grande problema, así como le pasó a Luisfer, nuestro Coordinador Creativo, quien tuvo que enfrentarse directamente con un error tan pequeño como para cambiar su destino.

Así que, preparen sus pulsaciones para revivir junto con él todo lo que esta historia puede enseñar.

Luis Fernando Hernández: Bueno, esta historia me pasó ya hace algunos años cuando trabajaba para una agencia multinacional con la cuenta principal, entonces ya se podrán imaginar el nivel de voleo y de cosas que llegaban al día a día, eso parecía un bombardeo y a uno le tocaba como a un “Oompa loompa” con la dupla y con todo el piso empezar a sacar todos los proyectos adelante. Entre eso teníamos una campaña regional de la marca y nos llegaban, los llamados en el bajo mundo como “chicharrones".

Nos empezaron a llegar como unos volantes que tocaba sacar porque iban a ser una promoción de última hora el fin de semana. Entonces ya después de que nos enviaron el brief, empezamos a ver de qué era la promoción, charlamos la gráfica, escribí los textos, dejamos ahí todo bien cuadradito y pues listo, llamamos al director general, le mostramos, nos lo aprobó, luego al director general del piso, le mostramos y lo aprobó, entonces lo que hicimos fue enviar al área de arte finalistas y pues nosotros seguimos con la campaña regional.

Ya como 4 horas después, fue que yo me fui a llevarle un archivo, pero a otro arte finalista de la campaña que estábamos haciendo, que era del lanzamiento regional. Llegué y entregué el archivo, ya cuando me estaba devolviendo me dio por mirar en el computador del otro arte final al que le habíamos entregado lo del volante y estaba terminando ya los últimos detalles de la pieza, pero me llamó la atención que la promoción que a nosotros nos habían dicho era del 20%, cuando vi en la pantalla estaba el 30%. Literal, casi me da un infarto porque donde se mandara eso, imaginen un 10% más y que saquen la promoción y la gente tenga el volante para poder reclamar, ya eso sería fatal, ahí sí Fatality.

Me acerqué al arte finalista para preguntarle que si la ejecutiva o alguien le había dado un nuevo lineamiento para la pieza porque el valor del descuento había cambiado, entonces él me dijo: no, no, lo que pasa es que a mí a veces me está fallando esto y me enviaron los textos en este formato, entonces a mí a veces me toca tipearlos, entonces de pronto ahí fue. Yo le dije: ah listo, fresco, entonces hágale y ya lo revisamos. Me senté junto a él y empezamos a revisar la pieza, pues también tenía otros errores que de una vez ajustamos y listo, terminamos el arte final.

Ahí fue una de las grandes y primeras lecciones que me llevé de esta profesión y es que uno en los proyectos siempre tiene que empoderarse de principio a fin, si uno arranca algo tiene que hasta lo último mirar que se vaya perfecto, porque pues es la cuenta de uno, es el trabajo de uno y también hay que apoyar al resto del equipo, así como los artes finalistas, las ejecutivas, los gráficos nos salvan la vida, nosotros en algún punto también hacemos eso, porque pues de eso se trata, somos una familia, un equipo, trasnochamos juntos, casi que vivimos juntos en la agencia, de eso se trata, gracias al milagroso de Buga que me dio por mirar esa pantalla y si no pues imagínense se hubiera ido un 10% más de descuento durante todo un fin de semana, ya se imaginarán. Yo creo que en este momento estaría emprendiendo, haciendo empanadas o algo porque pues chaolín con pollo.

Bueno, eso les cuento, esta fue mi bella historia.

¡Gracias por escuchar/leer y hasta la próxima!