Invitado:

Carlos Torres

Creativo Gráfico
@kkroma_

¿Quieres saber cómo algo tan pequeño dañó el trabajo que por meses estaba haciendo nuestro diseñador gráfico Charlie? Entonces, quédate a escuchar este nuevo capítulo de DÍAS DE AGENCIA, EL PODCAST DE LA AGENCIA TROMPO y revive junto a nuestro protagonista momentos de mucha ansiedad.


¡Qué disfrutes este episodio!




¿Oye, quieres escuchar un secreto?

Sabemos que sí, porque en Trompo estamos seguros de que las historias de esos pequeños errorcitos… No, no, no. De esas embarradotas, que te pueden pasar a ti, a mí o a cualquiera mientras estamos en el corre corre del mundo publicitario, son la mejor forma de aprender a superar esos retos a los que nos enfrentamos en nuestros DÍAS DE AGENCIA, el podcast de la agencia Trompo.

Narradora: Casi siempre los errores son remediables, pero ¿Si el error se hubiera impreso? Nuestro diseñador gráfico Charlie, nos cuenta por qué es necesario leer todos esos letreritos que salen al abrir los programas de edición, pues muchas veces los pasamos por alto sin saber que estos nos pueden salvar la vida.

Carlos Torres: Soy diseñador junior en la Agencia Trompo y nada, mi historia trata básicamente sobre la vez que dañé muchos editables de una cuenta bastante importante para la agencia y para el Poli, porque eran unos brochures de oferta que se iban a repartir a nivel nacional y bueno por todo el lado, mejor dicho. Yo duré abriéndolos dañados (cuando ya los había dañado por primera vez) durante por lo menos unos dos, tres meses más o menos.

Yo hice mis pasantías aquí en Poli, volví después de un año de haber acabado, y cuando reingresé estuve bastante confiado en mi trabajo, no me percaté de muchas cosas, entre esas, el problema del que parte la historia.

Básicamente, un programa de diseño tiene actualizaciones como cualquier cosa en un celular, en un computador, en una tableta, en lo que sea, al ser un software, tiene actualizaciones y el computador en el que yo estaba trabajando llevaba sin actualización muchísimo tiempo, tenía una versión obsoleta, por así decirlo, para el flujo de trabajo que tenemos en la agencia. Cuando me entregaron la cuenta, cuando me entregaron los editables, empezaba a abrirlos y no me daba cuenta nunca de los letreritos que aparecían apenas yo abría los editables.

Básicamente, si ustedes han trabajado en un programa de diseño y saben qué es Illustrator, casi siempre Illustrator les está botando letreritos hablando del modo de color, de las cosas que tiene incrustadas, pero en esta ocasión, yo no le paré bolas, sencillamente creía que era uno de esos genéricos en donde simplemente tenía que darle “OK”, y así pasó durante tres meses que me apareció el letrerito y nunca lo leí, nunca le paré bolas.

Lo que pasó fue que en el momento de revisar los editables en el tráfico diario con Mile, que es la directora de la agencia, con Harry, que es el coordinador gráfico y con Luis Fer, que es el coordinador creativo, los editables siempre estaban bien en el momento en que yo lo estaba trabajando, bien entre comillas (porque todavía no he contado que fue lo que pasó), pero al momento de enviarles, ellos siempre se daban cuenta de que o las letras estaban corridas o la retícula estaba mal puesta (la retícula viene siendo como la delimitación donde uno diseña, donde pone las cajas de texto las imágenes) todo, todo estaba vuelto nada en el momento en que ellos veían la pieza final.

Así pasó durante mucho tiempo, creyendo que el computador estaba exportando mal las cosas o que sencillamente era el visualizador que mostraba mal las cosas en el programa, pero llegó el momento en el que yo tuve que rotar esa cuenta y empezar a enviar editables para que mis compañeros pudieran trabajar con ellos.

En algún momento Santi me dijo (Santi es uno de los diseñadores senior de aquí de la agencia) como: "Parce, estas letras están raras, todo está en curvas" (las letras cuando aparecen en curvas en los illustrator es cuando se ha transformado la fuente original y se ha pasado letrica por letrica como si fuera un vector para que no se pixele y para que no se dañe en el momento de redimensionarlas y eso no debería estar así porque eran editables para poner los textos nuevos y arreglar cosas que se tuvieran que arreglar) y me dice: "Parce, esta vuelta está en curvas ¿a usted quién le pasó estos editables?" Cuando Santi me dice eso, me empiezo a asustar porque yo llevo esos editables durante más de dos meses y empiezo a hilar y a darme cuenta de que definitivamente esos editables estaban dañados desde hace muchísimo tiempo, desde que me apareció por primera vez ese letrerito.

La cuestión fue que sí hubo un problema grandísimo, obviamente tuve que decirle a Mile, la directora, pero, primeramente, tuve que contarle a Rose que era la ejecutiva de cuentas en ese entonces de la campaña y Rose yo estábamos pegados del techo porque sabíamos lo que se venía, se venía un problema bastante grande porque es un material bastante importante hasta el día de hoy. Y nada, le contamos a todos, se habló con Harry, se habló con Mile y Mile también se había dado cuenta de los editables hace ya ratico.

Hubo una llamada para conciliar, para ver los daños, para mirar a ver cómo se iba a mitigar todo. En algún momento de la llamada, porque aparte nos llamaron a todos preguntándonos ¿en qué momento habíamos abierto esos editables? ¿Cómo los habíamos abierto? Pero yo en el fondo y bien calladito en la llamada, sabía qué había sido todo mi trabajo y mi culpa desde el primer momento, y no fue sino hasta cuando Santi me dijo así tal cual me dijo: "Charlie, ¿qué versión tiene usted en su computador de la suite de Adobe?" Como les decía al principio es una actualización como mensual, casi anual para un programa de diseño, y cuando Santi me dice eso, me doy cuenta de que definitivamente tengo una versión de más de dos años de retraso.

Se me fueron las luces, entré en pánico, muteé el micrófono porque no sabía qué decir. No les respondí nada y apenas me di cuenta de eso, le escribí a mi coordinador creativo Harry.

Le escribí como: "Ya sé que pasó, yo tengo la culpa". Ahí vino el regaño, el regaño necesario porque era algo que debía prestar atención desde un principio, pero nada, todos bastante conscientes de lo que había pasado me dieron tiempo para arreglar las cosas; me dieron tiempo para revisar todo. Eran ocho editables a los que tuve que hacerle seguimiento durante unas dos semanas, arreglando imágenes, arreglando texto, copiando otra vez, poniendo la retícula como era, pero al final todo se pudo solucionar y es el momento en que creo que se repartieron con éxito esos brochures a principios de año.

Todo muy bien, pero igual él susto estuvo ahí y los cambios en la agencia pertinentes a raíz de ese problema fueron bastante puntuales.

Entonces, nada, siempre lean la letra chiquita, siempre háganle caso por genérico que sea el aviso que salga en el programa de diseño, siempre presten atención a lo que están haciendo, no se confíen porque yo me confié un montón por lo menos unos dos meses.

Esa fue como una primiparada que me pasó aquí en la agencia, pero nada que no se pudiera arreglar con la ayuda de todos y con la atención que debía prestarle desde el principio al proyecto. Entonces, mucho ojo con los editables que pasan y les pasen.


Narrador: Si quieres conocer más de nuestros entrevistados, visita nuestro blog en trompo.co


¡Gracias por escuchar/leer y hasta la próxima!



Q&A DE GABY



¿Qué tan precavido te volviste al utilizar los programas de diseño?

Ahora no dejo pasar aviso por más mínimo que sea, estoy bastante atento a la comunicación que debe haber con el programa, sigue siendo el medio que usamos y hay que prestarles toda la atención que requieren para ser utilizados.



¿Qué consejo nos das a la hora de trabar un editable que es para impresión?

Siempre estar seguros del modo de color que estamos utilizando, si nos han especificado tintas y valores dentro de la paleta de color utilizada, asegurarnos de que cumplen todas características de la solicitud. Una vez finalizado el archivo, verificar con una prueba de impresión a un tamaño escalado para comprobar los tonos deseados.



Si se hubieran impreso los brochures, ¿cómo lo habrías solucionado?

Lo más probable es que hubiese tenido que desembolsar de mi salario parte del costo de impresión, o por lo menos negociar con los encargados de la producción. Todo puede solucionarse comunicando el problema, inclusive después de cometido.



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